Desde el primer momento en que te vi, supe que esto sería un desastre; lo supe por tu mirada perdida y tus pasos lentos y despreocupados, por tu manera de llevar la vida y tu inmenso esfuerzo por parecer una persona dura. Pero sabía también que lograría hacerte caer en mis brazos, que me brindarías tu confianza y que jamás llegaríamos a sentir nada igual.
No te dije que tus abrazos me hacían sentir protegida, quizá por eso se volvieron cada vez menos frecuentes. No te dije que después de las 10 de la noche, mi cabeza comienza a divagar entre malos recuerdos, quizá por eso no te preocupaba irte a dormir antes que yo. No te dije que a pesar de que soy una persona fuerte, necesitaba de tu aliento para reunir más valor, por eso te pedí marcharte y te fuiste sin decir adiós.
No te hablé sobre la inseguridad que nacía en mí después de que cometíamos algún error, sobre las palabras hirientes que decía al aire para ver si causaban en ti alguna reacción. Tampoco te hablé sobre las veces que traté de olvidarte pero pensaba en ti al escuchar alguna canción.
No te dije que no quería soltarte, pero tampoco podía seguir contigo. No te dije que mi garganta se cansaba de repetir que necesitaba más miradas fijas, más besos y más charlas al anochecer. Tampoco te dije que a pesar de todo, seguía creyendo que nos volveríamos a encontrar en un futuro; que no he tirado tus cartas, que conservo tus fotos y todas las cosas que me recuerdan a ti en el fondo de mi armario.
No te dije que escribí para ti cientos de veces, que algunas noches derramé lágrimas recordando lo que fuimos y todo lo que nos prometimos, que llegué a caer en la tentación de llamarte pero me frenaba el orgullo, que me convencía de que esta era la mejor decisión y fue así como logré sanar mi corazón.
No te dije que a pesar de todo, jamás te desearé el mal; que una de las cosas que más deseo en este mundo, es que sea feliz, aunque sea a lado de alguien más. Jamás te dije lo mucho que aprendí de nuestros fracasos, de nuestros errores, de nuestras heridas; que gracias a ti descubrí todo lo que quería y no quería en alguien.
No te di las gracias por todo lo que lograste en mí, y por dejarme ser parte de ti… aunque ya haya acabado nuestro tiempo.
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